170 deportistas del Club Náutico de Altea disputaron este trofeo de remo y vela este pasado sábado 12 de julio.
El Club Náutico de Altea volvió a vivir una jornada inolvidable este sábado con la celebración del tradicional Trofeo Sant Pere, una cita deportiva que reunió a 170 regatistas en un ambiente festivo y de convivencia, en el marco de las celebraciones de Sant Pere y la Verge del Carme.
Desde primera hora de la mañana, las aguas del puerto de Altea se llenaron de color y movimiento con las regatas de remo, que congregaron a 110 deportistas entre remeros de competición y participantes del grupo recreativo. La prueba, de carácter interno, tuvo como objetivo reforzar los lazos entre todos los miembros de la sección, en un formato mixto y cooperativo que destacó por su dinamismo y espíritu de equipo. Las mangas se disputaron sobre un recorrido de 700 metros, permitiendo al público disfrutar del espectáculo desde el muelle y el paseo marítimo.
A partir de las 10:30 horas le llegó el turno a la vela ligera, con la participación de 60 regatistas distribuidos en cinco clases: Optimist, ILCA 4, ILCA 7, 420 y la novedosa Multiclase, una categoría abierta que integró distintas embarcaciones de la flota del club gracias a un sistema de compensación por rating. Esta inclusión supuso un paso más en la apertura del Trofeo Sant Pere hacia todos los amantes de la vela.
El Trofeo Sant Pere, organizado en colaboración con la Cofradía de Pescadores de Altea, volvió a demostrar que es mucho más que una competición: es un homenaje a las raíces marineras del municipio y una celebración del deporte como nexo entre generaciones. Entre risas, remadas y viradas, la jornada reflejó el espíritu de comunidad y el compromiso del CN Altea con la promoción de la cultura náutica.
La entrega de trofeos, celebrada como es tradición en la Lonja de pescado, puso el broche de oro a la jornada. Estuvieron presentes Francisco Fresneda, presidente del CN Altea, y Antonio Ferrer, presidente de la Cofradía de Pescadores. Allí, regatistas, familias, técnicos y voluntarios compartieron una paella popular junto a la comisión de fiestas de Sant Pere, en un ambiente distendido que reforzó los lazos entre el club y la comunidad local.